El arte feminista de España no es solo una corriente estética o una etiqueta curatorial, es una forma de posicionamiento político. A través de análisis crítico del poder, de resistencia y de construcción simbólica. En España, este arte ha tenido que enfrentarse históricamente al silencio institucional, a la invisibilización en colecciones y museos, y a la banalización mediática. Sin embargo, las artistas feministas han sabido crear lenguajes potentes, incómodos y profundamente lúcidos. Han calado en las nuevas generaciones y han transformado la escena artística nacional.
Eulàlia Grau
Uno de los nombres imprescindibles en esta genealogía es el de Eulàlia Grau, pionera del arte conceptual y feminista en nuestro país. Activa desde los años setenta, Eulàlia, como firma artísticamente. Construyó una obra combativa que desmantela con rigor las estructuras sociales que perpetúan la desigualdad. El machismo, el clasismo, la violencia institucional, el consumismo y los roles impuestos por la cultura visual dominante eran sus temas principales. Su trabajo más icónico se articula a través del collage fotográfico y el uso de imágenes extraídas de prensa, televisión y publicidad. Las recompone para revelar los mecanismos de poder ocultos bajo la aparente normalidad. Series como Modesta proposición o Discriminació de la dona no han perdido vigencia, y dialogan con los debates actuales sobre representación, género y cuerpo.

Eulàlia Grau, Aspiradora
El arte feminista en España, lejos de anclarse en una estética única, se despliega en múltiples formas: instalación, performance, videoarte, ilustración, bordado, fotografía o arte urbano. Lo que une a estas prácticas no es el medio, sino la mirada: una voluntad de visibilizar lo silenciado, de cuestionar las jerarquías establecidas y de generar nuevas narrativas desde lo colectivo y lo subjetivo. Muchas artistas actuales recogen el testigo de Eulàlia Grau y otras precursoras como Mari Chordà, Fina Miralles o Esther Ferrer, y lo actualizan desde un enfoque interseccional, crítico con las estructuras normativas de género, raza, clase y sexualidad.
Esther Ferrer

Esther Ferrer
Artistas como María Gimeno, que interviene en la historia del arte patriarcal con piezas como Queridas viejas, o Paula Bonet. Denuncia la violencia obstétrica y los mandatos reproductivos desde una sensibilidad autobiográfica, forman parte de esta escena vibrante que está ampliando los márgenes del arte feminista en España. También ilustradoras y creadoras visuales como María Hesse o Sara Herranz aportan miradas femeninas que, desde lo íntimo y lo emocional, se convierten en espejos donde muchas mujeres se reconocen.
En una época en la que los discursos feministas están siendo constantemente cuestionados o banalizados, el arte sigue siendo un espacio de denuncia. Aunque, también de creación de nuevas formas de estar en el mundo. Y esto se hace especialmente evidente en las redes y plataformas digitales, donde muchas artistas encuentran la libertad y el alcance que a veces se les niega en los circuitos tradicionales.
Desde nuestra galería de arte online, apostamos por visibilizar estas voces, por dar espacio a las prácticas feministas que no solo transforman la estética, sino también el imaginario colectivo. Porque el arte feminista no es solo arte hecho por mujeres, es arte que cuestiona, que incomoda, que transforma. Y en España, ese arte está más vivo, necesario y afilado que nunca.